Para las mujeres que lean esto será muy divertido recordar el momento en que nos convertimos en "señoritas", o como dicen en los pueblos de mi país "nos asustó el viejo", o "ya botó la ceniza" .Algunas niñas esperaban con ansias recibir su primera menarquía o menstruación, espectántes a los cambios que vendrían con este cambio, y para otras fue lo peor que les pudo pasar en el momento en que más disfrutaban de su niñez.
Antes de recibir este paso en nuestras vidas, el cual es el evento central de la pubertad, la mujer empieza a experimentar una serie de cambios en su organismo y su personalidad, dejamos de ser niñas juguetonas para convertirnos en señoritas y experimentar la moda, la música, los tacones, los tratamientos de belleza, las miradas de los niños, en fin...es un terremoto de cambios y emociones.
La edad en la que la mujer recibe su primer periodo menstrual es diferente para todas, y esto dependerá de factores genéticos, nutricionales y psicológicos, pero puede darse desde los 9 años hasta los 16 en algunos casos.
Matthews Duncan, en The physiology of reproduction definió esta etapa de la siguiente forma: "la menstruación es como una bandera encarnada en el exterior de una almoneda; indica que algo ocurre dentro".
Es interesante como el tema de la menstruación ha inspirado también cuentos, libros, historias como: Blanca Nieves, La Bella Durmiente, Caperucita Roja.
Por ejemplo: "La Bella Durmiente", se ha considerado como fábula menstrual, cuando las trece hadas madrinas acuden a verla (las trece fases lunares del año) y una de ellas le hecha la maldición de muerte posteriormente suavizada, de forma que tras la pérdida de sangre al pincharse con una rueca (típica labor femenina) deberá estar en una fase de espera hasta ser despertada por su futuro esposo. Lo cual me parece muy artístico hacer esa similitud.
En fin, ¡cómo es de importante no olvidar esa época en la que eramos niñas y niños, que poco a poco esperábamos con ansias la llegada de un cambio nuevo, la inocencia de los días debe mantenerse en nuestros corazones. Me dediqué a recordar este momento porque en ese entonces las preocupaciones que pudiéramos tener eran efímeras, las cuales hoy en día es lindo recordar, tanto para alegrar el corazón como para tener el ímpetu de vivir esta vida de la mejor manera, siempre experimentando evoluciones, y descubriendo que nuestro cuerpo es perfecto.
Dios creó una evolución en nuestros cuerpos que vemos reflejada en cada etapa de nuestra vida, y es perfecta la manera en la cual el organismo de una mujer cada mes se prepara para las posibilidades de crear una vida, hasta que el momento llega. Por ello veámoslo como un fenómeno divino, un proceso perfecto, y preparemonos para disfrutar de eso, y no verlo como un momento malo o desagradable, recodando que todo lo creado por Dios es maravilloso, incluso la metamorfosis de nuestro cuerpo.